Benedicto XVI. Oremos por su alma y aprendamos

Es propio del misterio de Dios actuar de manera discreta. Se hace hombre, pero de tal modo que puede ser ignorado por sus contemporáneos. [...] No cesa de llamar con suavidad a las puertas de nuestro corazón y, si le abrimos, nos hace lentamente capaces de ver. (Regina Coeli 22-5-11) #

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