Benedicto XVI. Oremos por su alma y aprendamos

La conversión vence el mal en su raíz, que es el pecado, aunque no siempre puede evitar sus consecuencias. Pidamos a María santísima, que nos acompaña y nos sostiene en el itinerario cuaresmal, que ayude a redescubrir la grandeza, yo diría, la belleza de la conversión. (Ángelus, 11-3-07) #

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