Benedicto XVI. Oremos por su alma y aprendamos Como la luz y el calor del sol, son una bendición para la tierra, así la luz de Dios lo es para la humanidad, cuando Él hace brillar sobre ella su rostro. (Ángelus (1/1/2013)) # Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook
0 comentarios:
Publicar un comentario